Pues como dice el nombre de la entrada, andando voy, andando vengo, en este paseo voy a emular parte de recorrido del 31, que siempre lo veo desde la ventanilla y hoy me apetecía hacerlo a pie.
Tal vez demasiado abrigada pero el color del día no invita a otra cosa
La estación de Goya, que dicen que tiene mucho público, se ve bonita pero si hubiera sido subterránea yo creo que hubiera sido igual de útil
¡Si estas escalera hablaran...!, que vacía se ve ahora esta calle, ... con lo que fue...
Esta es una tienda de bebidas y me parece muy maja
El edifico El Duende, está en el mismo sitio y por eso hace referencia en su nombre a un sucedido hace muchos años, os dejo el enlace por si no lo conocéis
En este callejón, que siempre lo he conocido así, creo que en tiempos hubo una tienda de ropa, muy chula y de más de lo más (La Bicicleta)
Llegamos al Parque Pignatelli. La de tiempo que hacía que no había estado por aquí
Este es Pignatelli
La Casa del Canal y una puerta que me llamo la atención, pero detrás no hay nada
La iglesia que se ve al fondo pertenece al acuertelamiento San Fernando
San Antonio
Y llegamos al Canal, y el Puente América, que da paso a los barrios de Torrero y La Paz
A un lado y a otro lado
Me llamo más la atención el letrero que el bar en sí
Casi casi el motivo de hacer este paseíto es esta casa que siempre la he visto de pasada y me había fijado en ella
¡Cuántas cuestas!...pero hay que reconocer que las calles tienen su encanto
Esto es una parroquia con colegio, guardería y alguna cosa más. Hace muchos, muchos años me toco hacer un curso aquí...
Ya de vuelta, la antigua cárcel
Esta tienda está igual que hace más de 40 años
La Plaza de las Canteras, ésta sí que ha ido cambiando con el tiempo
¡¿y qué tenemos aquí?
Cuando lo vi me quedé sin palabras (aunque ahora ya no es lo que era)
Otra vista de la iglesia del acuartelamiento
Este edificio perteneció a las oficinas del canal
Las terrazas de Cuellar, aquí comprábamos telas, en una tienda que estaba en las casas que se ven al fondo
En el barrio de La Paz
Esta es la actual ubicación de la tienda de telas que antes he mencionado, a mi personalmente, me gustaba más cuando te atendía la señora Piedad (dueña) y la señora María (dependienta) y el señor Félix (creo que se llamaba así el dueño) nos dejaba entrar al almacén y meternos por todos los recovecos a ver si nos gustaba algo
¡Cómo pasar por la puerta y no hacer una foto!
Y ya casi en casa y con la cámara recogida, me encontré este par de gatetes aseándose a la orilla del Huerva
Y ya está, otro día más.
Se aceptan sugerencias para hacer recorridos ciudadanos a pie.