Lo primero que había que poner en marcha eran las invitaciones. Como es normal, Montse se encargó de buscar un sitio donde encargarlas, la verdad es quedaron muy finas, muy bonitas y muy elegantes, en blanco, sin ninguna estridencia pero muy bonitas. Como suele suceder en estos casos se equivocaron y las tuvieron que repetir lo que retrasó un poco el envío pero al fin todas llegaron a tiempo. A la vez y en el mismo sitio elegimos también los detalles para dar en la comida pero esto ya os los enseñaré más adelante.
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